Las autoridades carnavaleras recomiendan fehacientemente pulsar play mientras se lee esta entrada (para dar ambientillo más que nada).
Si, por fin ha llegado, con retraso, pero la crónica del Rosenmontag ya está aqui (mas que nada porque como lo siga dejando se me va a olvidar, y no es que los recuerdos de ese día sean demasiado... estables).
Pues, como no, volvimos a Colonia para disfrutar del día grande del Carnaval. De nuevo cogimos el tren, y como era de esperar unos cuantos españoles nos juntamos en el vagón. En ese trayecto de una hora la desdicha me hizo llegar al trato con Zana de llevar el mismo ritmo. Craso error éste, especialmente cuando la persona en cuestion le saca a uno la cabeza. Pero no adelantemos acontecimientos.
De nuevo Colonia estaba hasta las tetas, y es que el Rosenmontag es festivo en Nordrhein-Westfalen, para poder festejar el Carnaval en condiciones. Una de las caracteristicas de este día es el desfile de Carnaval. Asi que cogimos sitio estratégicmente entre una de las calles que recorría el desfile y un kiosko con el originalísimo nombre de Kiosk neben dem Kölner Dom (kiosko cerca de la catedral de Colonia, para los no iniciados; y para los no iniciados del todo, un Kiosk en Alemania es lo que en España vienen a ser unos chinos, solo que con más alcohol, prensa, y habitualmente regentado por turcos).
El desfile al principio no me pareció nada del otro mundo, pero según pasase el día me iría dando cuenta de la grandeza del desfile: no acababa nunca! Y qué bien que entraban las chocolatinas, que sustituyeron a la comida de ese día...
Según peregrinábamos por las calles de Colonia era imposible no volver a cruzarse con la cabalgata, con el consecuente problema para la integridad física de la persona a la hora de cruzar las calles. Pero uno se la juega, cruza, y si hace falta se hace una foto
Entre los especímenes presentes en las calles, habia desde un tío que si quisiese podía ir disfrazado de alto y punto, hasta un Bob Esponja a juego con los de nuestros Gonzalos.
Atención, esta foto NO ha sido retocada con fotochop, la diferencia de altura es real (por si habia dudas...)
Ya en la plaza, o no, porque la memoria me juega malas pasadas, los españoles disfrutamos con ese gracejo que nos caracteriza del Carnaval en Colonia.
Desgraciadamente fue en ese momento cuando se acabaron las pilas de mi cámara, y de momento no tengo suficiente material gráfico para reproducir los hechos. Así que os tendréis que conformar con una metáfora muy visual y que resume perfectamente las siguientes horas:
Según me cuentan fuentes fidedignas, continuamos en la plaza hasta que se hizo de noche y fue hora de visitar el Burger King. Tras cargar pilas con uan hamburgesa que sería de Hamburgo capital por lo menos (lo se, es malo, pero habia que hacerlo en algun post del blog) seguimos la fiesta en una pseudo discoteca callejera que nos entretuvo hasta que decidimos entrar en algún garito; momento en el que me di por vencido, despues de haber disfrutado de un gran día, y enfilamos hacia la estación para coger el tren hacia Aachen. Según parece el reto de seguir el mismo ritmo que Zana (bueno que leches, y él el mismo que yo, que cuando me pongo...) se consiguió, aunque ninguno de los dos tenemos pruebas concluyentes.
Y es que...
Da simmer dabei!
Dat is prima!
Viva Colonia!
Wir lieben das Leben, die Liebe und die Lust
Wir glauben an den lieben Gott und hab'n noch immer Durst