Aventuras y desventuras de un Erasmus en Aachen

13 de febrero de 2007

Frankfurt!

Bueno, bueno, la nieve se fue, y no sabemos si para no volver. Asi que para compensarlo me fui a pasar el domingo en Frankfurt (como el que se va a Toledo, pero sin el alcázar y con más salchichas). Fui con tres arquitectos, asi que podría considerarse "Frikivisita con arquitectos, volumen 2" (recuerdo que la primera fue Düsseldorf). Asi que a las puff de la mañana, demasiado pronto claro, partimos hacia Frankfurt, que está a algo mas de cuatro horas de Aachen.

Quizás Frankfurt no es la ciudad típicamente turística, y de hecho muchos se preguntarán que sentido tiene ir a ver Frankfurt, "si es todo nuevo". Pero hay vida más allá de la arquitectura tradicional, y Frankfurt es un buen ejemplo. Nada más llegar uno se da cuenta de la importancia financiera de la ciudad, ya que, a pesar de ser una ciudad pequeña (no llega a los 700.000 habitantes según ese invento llamado Wikipedia), la estación d tren es simplemente inmensa. Y nada más salir, rascacielos (tómese este término con cuidado para aquellos afortunados que hayan estado en NY o Chicago, y con aun más para aquellos mamoncetes que hayan visitado Shangai o similares). Pero es cierto que la torre del Commerzbank de Foster o la torre del Meno (el río que pasa por Frankfurt) superan los 200 metros.




Quizás, al ser domingo, la zona de negocios no tenía la actividad de un día normal, aunque impresiona igualmente el volumen de los edificios frente a unas calles no demasiado anchas.



En nuestro periplo por la zona pudimos subir hasta lo alto de la Main Tower. Tras un hall discreto, y la comprobación de que, literalmente, no llevábamos cosas malas (la segurata hablaba español), subimos hasta el piso 56 en ascensor, para después subir andando hasta la azotea. Aunque nos libramos de la lluvia que prevía el tiempo, hasta entonces el cielo había estado nublado; pero fue salir a la azotea y ser recibidos con un sol espléndido (dentro del esplendor que puede tener el sol de Alemania en febrero), que duro curiosamente mientras estuvimos en la azotea. Que ni hecho adrede.





Después continuamos con el tour por la zona financiera, con el Deutsche Bank y tambien, como no, la Sparkasse (que de todo tiene que haber). Después pillamos el metro hasta el centro (aunque más por probarlo que otra cosa, porque está al lado) y vimos lo poco que queda despues de los bombardeos de la WWII. Una pena, porque lo poco que hay merece la pena (bueno,al interior de la catedral hay que echarle de comer a parte, pero eso ya es otro tema).




Después dimos un paseo por la orilla del Meno hasta llegar al Museo de arquitectura, donde nos encontramos con una buenisima exposicion de, cómo no, rascacielos. El lugar central de la exposición lo ocupaba la torre Agbar de BCN, también conocido como el dildo barcelonés o el pene es que han plantao en medio de la ciudad condal. Para gustos los colores, y en este caso tiene muchos.



Tras cruzar de nuevo el Meno por uan pasarela peatonal espectacular y disfrutar del skyline nocturno, cogimos de nuevo los trenes de vuelta a Aachen. Una paliza donde las haya, pero meleció la pena.


Aunque esta paliza no va a ser nada con lo que se nos viene encima. Este jueves empieza el Carnaval! Y yo aun sin disfraz. A ver qu epuedo apañar mañana...

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