Aventuras y desventuras de un Erasmus en Aachen

14 de abril de 2007

Holanda, Praga, y de veraneo en Aachen... si es que no paro!

Bueno, bueno, bueno, voy a poner un poco de orden por aquí que esto está dejado de la mano de Dios.

Sí, lo se, que prometí actualizar contando el último día de Estocolmo y el viaje a Holanda, pero se van juntando las cosas, y cuando me quise dar cuenta estaba en... República Checa!

Como dijo Jack el destripador, vamos por partes. El último día en Estocolmo, resumiendo, estuvo muy bien. Después de volver del barquito bien descansados, decidimos pasar la última noche en una discoteca del centro. Madre, que lujo. El sitio genial, la música estupenda, la gente divina de la muerte, y unos precios... que en fin, a estos nórdicos se les va de vez en cuando. Pero estuvo muy bien, y fue una despedida en toda regla. Lástima que no llevásemos cámara, pero da mal rollo perderla.

Las dos siguientes semanas (en la que actualicé el blog, y la que en España se considera ya Semana Santa), me la pasé currando como un campeón intentando compensar las vacaciones de Estocolmo y las que quedaban por venir de Praga. Se hizo lo que se pudo. Especialmente porque entre medias me salió una visita a mi hermano a Holanda, ya que venía, con toda la troupe, a visitar a la familia política. Así que tuve el fin de semana más familiar en mucho tiempo, con hermano, cuñada y sobrinos, y un montón de gente por allí entre la gran familia que tiene mi cuñada. Cuanto menos interesante.

Y luego vendría Praga, ya en viernes santo y hasta el pasado miércoles. Que ciudad. A ver si esta semana, de verdad, cuelgo fotos, que he hecho unas cuantas. Y eso que a mi cámara le dieron unos delirios de grandeza repentinos y sólo hacía fotos de vez en cuando. Menos mal que parece que ya ha vuelto a la normalidad.

En otro orden de cosas, VAYA TIEMPO QUE HACE! Lo de hoy ya ha sido el acabose, con tiempo absolutamente veraniego (viva el cambio climático!). La tentación de ir a hacer un picnic al West Park (léase vest park, que está en alemán, leñe), ya ayer no tenía freno. Pero al levantarnos hoy, las ganas de picnic se han transformado en un irrefenable deseo de barbacoa. Que no tenemos barbacoa, pues se compra! Si no va a ser la última.

Y de verdad que lo del West park era para verlo. Las muchachas en biquini, barbacoas por doquier, y todos con unas ganas de playa que parecía esto la costa valenciana. Y no se ha tirado nadie al laguito de milagro. Así que en este plan hemos pasado la tarde tan ricamente; si me lo cuentan hace unos meses, no me lo creo.